“Cada Minuto Cuenta no solo revive una tragedia; es un tributo a la valentía y solidaridad del pueblo mexicano”

Cada Minuto Cuenta” se centra en un evento que marcó la historia de México. ¿Qué sentiste al darle vida a un personaje involucrado en una tragedia tan significativa para el país?

Interpretar a un personaje dentro de un contexto tan significativo fue un reto y, al mismo tiempo, un privilegio. Sabíamos que el terremoto del 85 es algo que marcó a México de manera profunda, y aunque muchos no vivimos en ese tiempo, la memoria y los relatos siguen vivos. Fue una tragedia que, además, la gente revive en cada nuevo sismo fuerte, como pasó en 2017. Por eso, esta serie no solo apela a la nostalgia; busca mostrar la valentía de personas comunes que, sin preparación ni equipo, arriesgaron sus vidas para salvar a otros.

Mi papel está inspirado en esos héroes civiles anónimos, en cómo el dolor nos unió y en lo que significa para nosotros el valor colectivo. Mi mayor meta fue que las personas se sientan representadas, que sientan que les hacemos justicia.

La serie utiliza la tecnología de Virtual Production, algo novedoso para una producción en América Latina. ¿Cómo fue para ti actuar en este tipo de escenarios? ¿Qué desafíos o beneficios encontraste?

La experiencia fue impresionante. El set con pantallas LED fue una sorpresa y una herramienta que elevó mucho la producción. Este sistema permite una interacción en tiempo real con el ambiente, lo que hace que la inmersión sea completa; ya no tienes que imaginar todo.

Estaba literalmente viendo los escombros, el polvo, las estructuras destruidas, y esa realidad virtual me ayudó a conectar emocionalmente en un nivel que no había experimentado antes. Sentí que, como actor, tenía más herramientas para transmitir el peso emocional de cada escena. A la vez, esto me enseñó lo rápido que evoluciona la tecnología en México y me emocionó pensar en el potencial de nuestra industria.

Interpretas a un médico que se convierte en héroe durante el terremoto. ¿Cómo te preparaste para este papel? ¿Hiciste alguna investigación sobre médicos que estuvieron involucrados en las labores de rescate?”

Fue una preparación extensa. Además de investigar y leer sobre la época, recibimos entrenamientos intensivos en primeros auxilios y en técnicas de rescate, desde cómo mover a una persona atrapada entre escombros hasta cómo reaccionar en una situación de emergencia médica. Nos acompañaron expertos en cada paso del rodaje para que nuestras acciones fueran realistas y detalladas, ya que queríamos respetar y honrar a quienes pasaron por esto en la vida real.

Aprendí muchísimo, desde cómo tratar una herida hasta cómo reaccionar ante una situación límite. Más allá del entrenamiento técnico, me impactaron profundamente los relatos de los sobrevivientes y las personas que participaron en los rescates. Esas historias me hicieron sentir un sentido de respeto enorme, y es un honor poder transmitir un poco de eso en la pantalla.

La serie muestra cómo la gente común se convirtió en héroe durante la tragedia. ¿Cómo crees que esta historia resonará en la audiencia actual?

La historia de unidad y valor en tiempos de crisis es algo que nunca se olvida, y creo que eso conecta mucho con el espíritu de México. Cada persona que vivió el terremoto del 85 tiene su propia versión de cómo la solidaridad se volvió el eje de esos días oscuros, y eso es algo que también vivimos en el sismo de 2017. La audiencia actual ha sido testigo de estos momentos de unión y seguramente encontrará eco en esta serie.

Lo que me parece más valioso de este proyecto es que no solo nos enfocamos en la tragedia, sino en las historias de coraje y altruismo que surgieron. Este mensaje, creo, es lo que la audiencia necesita ahora: una inspiración y un recordatorio de que juntos podemos superar cualquier adversidad.

Jesús Zavala

Has trabajado en comedias muy queridas como “Club de Cuervos” o “La balada de Hugo Sánchez” y ahora en un drama histórico. ¿Cómo manejas el cambio entre estos géneros tan distintos?

Cada género tiene su propia magia y sus desafíos. Pasar de la comedia al drama me ha enseñado a adaptarme y explorar diferentes facetas de mi ser como actor. Con la comedia, hay un enfoque en la energía rápida y en conectar de forma instantánea con la audiencia; pero el drama te exige un nivel de introspección y profundidad que me hace crecer en lo personal.

Siempre he amado el drama y la intensidad de esos personajes que tocan fibras más profundas, y este proyecto me dio la oportunidad de explorar una vulnerabilidad que quizás no había mostrado antes. La transición de un género a otro me ayuda a seguir aprendiendo y a desafiarme constantemente, lo cual es increíblemente gratificante para mí.

“Cada Minuto Cuenta” aborda temas de valentía y humanidad. ¿Hubo alguna historia particular de heroísmo durante el terremoto que te inspirara para tu personaje?

Lo que me conmueve profundamente es la capacidad de resiliencia y de amor al prójimo que muestra nuestra sociedad en momentos de crisis. Todos hemos escuchado historias de gente que arriesgó su vida, que durmió en la calle para ayudar, que trabajó día y noche sin parar. Muchos de estos héroes ni siquiera querían reconocimiento, solo buscaban ayudar. Hay algo profundamente inspirador en eso, en cómo la tragedia saca a relucir lo mejor de nosotros.

Además, la serie se construyó con muchas de esas historias reales, por lo que mientras filmábamos, cada escena se volvía una especie de homenaje. Siento que contar estas historias es una manera de agradecer y recordar a quienes hicieron tanto por los demás.

¿Te ves en el futuro explorando más proyectos históricos o con temática social?

Definitivamente. Creo que los proyectos históricos o con temas sociales nos conectan con nuestro pasado y nos enseñan mucho sobre el presente. Además, como actor, contar historias que tienen un impacto en la sociedad o que abordan temas relevantes me motiva y me llena de propósito.

Me encantaría poder seguir explorando historias que tengan un mensaje importante y que puedan, de alguna forma, inspirar o generar una conversación. Cada proyecto es una oportunidad de aprender y de conectar con el público, y siento que este tipo de historias, en especial, dejan una huella más profunda.

Para ti, ¿qué es lo más importante de contar una historia como esta en la pantalla?

Lo más importante es recordar a las personas el valor de la unión y de la empatía. Esta serie no es solo una historia de hace años; es un recordatorio de que, incluso en los momentos más oscuros, podemos encontrar luz en los demás. Además, es una oportunidad para honrar a todas esas personas cuyas historias no siempre son contadas.

Mostrar el lado humano, la solidaridad y el sacrificio, es algo que conecta profundamente con el espectador. Mi mayor esperanza es que esta historia inspire a la audiencia a recordar esos valores y que la tragedia no sea lo que quede en nuestra memoria, sino el espíritu de unión que siempre nos caracteriza como mexicanos.

A lo largo de tu carrera has interpretado personajes diversos. ¿Qué tipo de papel te gustaría explorar en el futuro que aún no hayas tenido oportunidad de interpretar?

No tengo un papel en específico en mente, pero sí tengo muchos sueños. Me encantaría interpretar personajes con perfiles interesantes, con problemáticas profundas, que presenten propuestas que no he tenido la oportunidad de explorar como actor.

Más que un tipo de personaje particular, lo que busco son retos. Creo que esa es la clave: seguir encontrando desafíos. Como actor, la frase que usamos mucho al buscar trabajo es ‘denme chamba’, pero, en mi caso, yo pediría ‘denme retos’. Eso es lo que más me apasiona.

Hay algo muy especial y emocionante en esa sensación de leer algo nuevo y pensar: ‘Esto no lo he hecho, podría abordarlo de esta manera, podría aportarle esto’. Esa adrenalina de encontrarte con algo inexplorado y darlo todo para construirlo es de las mejores cosas que tiene este oficio. Así que, más que un personaje en específico, mi objetivo es seguir encontrando y enfrentando retos.

Sabemos que la familia ha tenido un papel fundamental en tu vida. ¿Cómo han influido tus experiencias personales en la manera en que interpretas a tus personajes?

Creo que, aunque suene como alguien mayor, es increíble cómo el paso de los años y las experiencias vividas te van dando tantas herramientas para este trabajo.

Recuerdo mucho el material periodístico que tenía mi papá en casa, con VHS y álbumes llenos de recortes sobre temas variados. Desde niño absorbí cosas que viví en casa, música que escuchaban mis papás, referencias de cine que me marcaron profundamente. Mi papá era artista plástico, así que en casa siempre había conversaciones sobre arte, cine, música, literatura. Hoy en día, valoro tanto eso porque fue una auténtica escuela de vida.

Mi familia, sin duda, ha sido crucial en todos los sentidos. En cuestión de gustos musicales, cinematográficos e incluso en la forma en que veo mi trabajo, mi mamá, mi papá, mis abuelos y mis tíos dejaron una huella muy profunda en mí. Creo que cuando escuchas música desde niño o ves ciertas películas, algo en ti queda sembrado para siempre.

También fui un actor que empezó joven. Desde que tenía 11 años, quise actuar. Aunque a mis papás no les entusiasmaba mucho la idea, siempre me apoyaron. Me dejaron claro desde el principio que esto no era un juego, que debía respetar mi trabajo y el de los demás. Así que, aunque parecía una locura, ellos siempre estuvieron ahí, brindándome una guía y una estructura para asumirlo con responsabilidad.

Siento que en cada proyecto que hago, siempre llevo algo de mi familia. Algún recuerdo, alguna enseñanza, algo que vi en casa de mis abuelos, de mis papás, de mis tíos. Por ejemplo, en casa de mis abuelos veía películas de niño, y una de las primeras fue El Mago de Oz. Esa película me voló la cabeza, y hasta hoy sigue siendo mi favorita.

Así que, en cada personaje, en cada proyecto, siempre encuentro una conexión con mi familia. Me considero muy afortunado de haber crecido en un ambiente que aportó tanto de manera natural a lo que soy hoy.

 

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Texto: David Patiño Torres.

Fotografía: Eduardo Ramos.

Estilismo: Salvador Ramírez.

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